Postura corporal y salud: cómo evitar dolores y tensiones si trabajás sentado/a

Una mujer de pelo castaño corto, con jersey gris y reloj, se sienta ante un escritorio y teclea en un ordenador portátil en una habitación luminosa y moderna con grandes ventanales y estanterías al fondo.

Pasar muchas horas sentado/a frente al ordenador puede pasar factura a tu cuerpo y a tu bienestar general, y muchas veces ni nos damos cuenta. La postura corporal que adoptamos mientras trabajamos, estudiamos o navegamos por internet influye directamente en dolores de espalda, cuello, hombros y hasta en la fatiga o dificultad para concentrarnos. Prestar atención a nuestra postura corporal es fundamental para mantener la salud física y mental a largo plazo.

¿Por qué la postura corporal es tan importante?

Postura corporal

Una postura corporal correcta no solo ayuda a prevenir molestias físicas, sino que también mejora la respiración, la circulación, el enfoque y la energía general. Cuando estamos encorvados o con el cuello hacia adelante, los músculos se tensan y se sobrecargan. Con el tiempo, pueden aparecer contracturas, dolor crónico, rigidez articular o incluso problemas digestivos y de sueño.

La postura corporal también tiene un impacto directo en nuestro estado de ánimo. Estudios han demostrado que mantener una postura erguida puede contribuir a una mayor autoestima y sensación de control, mientras que una postura encorvada puede relacionarse con fatiga emocional y estados de ánimo bajos.

Consejos simples para mejorar la postura corporal en el día a día

Incorporar pequeños ajustes en tu rutina puede marcar una gran diferencia. Estos consejos pueden ayudarte a mejorar tu postura corporal de forma consciente y efectiva:

  • Sentate con la espalda recta: Apoyá toda la espalda en el respaldo de la silla, manteniendo una alineación natural de la columna.
  • Pies apoyados en el suelo: Evitá cruzar las piernas, ya que esto puede afectar la circulación y desalinear la pelvis.
  • Pantalla a la altura de los ojos: Esto evita que inclines el cuello hacia adelante, lo que protege la zona cervical.
  • Usá una silla ergonómica o un cojín lumbar: Invertir en una silla que cuide tu espalda puede mejorar considerablemente tu postura corporal.
  • Distribuí el peso de forma equilibrada: Evitá recostarte hacia un solo lado o cargar todo el peso en una sola pierna cuando estés de pie.

Estiramientos rápidos para aliviar tensiones y corregir la postura corporal

Cada una o dos horas, hacé una pausa activa de 2-3 minutos para liberar tensiones acumuladas. Esto no solo alivia molestias, sino que también mejora tu postura corporal a lo largo del día:

  • Estirá los brazos y hombros hacia arriba y hacia atrás para abrir el pecho.
  • Girá el cuello lentamente hacia los lados, evitando movimientos bruscos.
  • Inclinate hacia adelante tocando los pies, sin forzar la espalda.
  • Rotá suavemente los hombros hacia adelante y atrás para relajar la zona alta de la espalda.

Estos ejercicios son simples, no requieren equipamiento, y pueden realizarse tanto en casa como en la oficina.

Ergonomía básica para mantener una buena postura corporal

La ergonomía es clave para conservar una postura corporal saludable. Algunos ajustes en tu entorno pueden ayudarte a prevenir dolores y mejorar tu productividad:

  • Colocá el teclado y el ratón a una altura que permita que los codos estén a 90°.
  • Mantené la pantalla a unos 50-70 cm de tus ojos para evitar tensión ocular.
  • Ajustá la silla para que tus pies toquen el suelo y tu espalda esté completamente apoyada.
  • Evitá pasar más de 45-60 minutos sin moverte. Incluso caminar un minuto ayuda.

La postura corporal no solo se cuida cuando estás sentado/a. También es importante prestarle atención cuando estás de pie, caminando o incluso durmiendo. Elegir un buen colchón, usar calzado adecuado y ser consciente de tu cuerpo en movimiento son claves para un bienestar integral.

Escuchar al cuerpo y adoptar hábitos saludables

Una buena postura corporal se construye con práctica diaria y constancia. No se trata de mantener la rigidez, sino de encontrar una alineación natural que permita que tu cuerpo funcione sin esfuerzo extra. Si sentís dolor o tensión frecuente, es señal de que tu cuerpo te está pidiendo un cambio. Escucharlo a tiempo puede evitar complicaciones futuras.

Incorporar hábitos saludables, como pausas activas, una correcta hidratación, y ejercicios que fortalezcan el core (zona media del cuerpo), también favorece la postura corporal. Si los dolores persisten, consultar con un profesional como un fisioterapeuta o kinesiólogo puede darte pautas personalizadas.