La revolución coreana: por qué el kimchi, el bibimbap y el tteokbokki conquistan el mundo

La gastronomía coreana está experimentando una auténtica revolución a nivel global. Platos tradicionales como el kimchi, el bibimbap y el tteokbokki, antes casi desconocidos fuera de Asia, hoy son protagonistas en menús de ciudades de todo el mundo, desde Nueva York hasta Madrid, pasando por Sídney y París.

El kimchi, fermentado de col picante que se consume en Corea desde hace siglos, ha trascendido su papel como acompañamiento para convertirse en un símbolo de salud y sabor. Su potente mezcla de sabores ácidos, picantes y umami, junto con sus reconocidos beneficios probióticos, ha llevado a chefs y consumidores a incorporarlo en múltiples preparaciones, desde sopas y guisos hasta pizzas o hamburguesas de fusión.

Por su parte, el bibimbap —que significa literalmente “arroz mezclado”— destaca por su capacidad para reunir en un solo plato una variedad de ingredientes coloridos y nutritivos: arroz, verduras frescas, carne o tofu, huevo y una salsa picante llamada gochujang. Más allá de su sabor equilibrado y su textura variada, su presentación estética y llamativa ha sido clave para su éxito en el escenario internacional.

Finalmente, el tteokbokki, ese popular snack callejero hecho con pasteles de arroz bañados en una salsa roja, dulce y picante, ha conquistado especialmente a las nuevas generaciones. Su textura suave y su sabor adictivo lo han convertido en un favorito para quienes buscan comida rápida con un toque diferente y lleno de carácter.

Este auge de la cocina coreana coincide con la expansión global de la cultura pop surcoreana, desde el K-pop hasta las series televisivas, lo que ha despertado un interés creciente en la comida como parte de una experiencia cultural completa. La accesibilidad de estos platos, su versatilidad y sus sabores únicos han hecho que la revolución gastronómica coreana esté lejos de ser una moda pasajera: es un fenómeno que llegó para quedarse.

Cómo preparar kimchi en casa:

Ingredientes:

  • 1 col china (napa) mediana
  • 1/4 taza de sal gruesa
  • 4 tazas de agua
  • 4 dientes de ajo picados
  • 1 trozo de jengibre fresco (unos 2 cm), picado
  • 3 cucharadas de salsa de pescado (opcional para veganos)
  • 2 cucharadas de azúcar
  • 3 cucharadas de gochugaru (copos de chile coreano, ajusta al gusto)
  • 4 cebollas de verdeo (parte verde y blanca) cortadas en rodajas
  • 1 zanahoria rallada (opcional)
  • 1 rábano daikon pequeño, cortado en tiras (opcional)

Paso a paso:

  • Preparar la col: Corta la col china en cuartos a lo largo y luego en trozos grandes. Disuelve la sal en las 4 tazas de agua y sumerge la col en esta solución. Deja reposar al menos 2 horas, removiendo de vez en cuando para que la sal penetre y la col se ablande.
  • Enjuagar y escurrir: Después del reposo, enjuaga la col varias veces con agua fría para eliminar el exceso de sal y escurre bien.
  • Preparar la pasta de condimentos: En un bol, mezcla el ajo picado, jengibre, salsa de pescado, azúcar y gochugaru hasta formar una pasta homogénea. Ajusta la cantidad de chile según tu tolerancia al picante.
  • Mezclar con las verduras: Agrega la zanahoria rallada, el rábano daikon y las cebollas de verdeo a la pasta de condimentos. Luego, incorpora esta mezcla con la col escurrida y mezcla bien con las manos (usa guantes para evitar irritaciones).
  • Fermentación: Coloca el kimchi en un frasco de vidrio limpio, presionando para eliminar burbujas de aire. Cierra el frasco, pero sin apretarlo demasiado, y déjalo fermentar a temperatura ambiente entre 1 y 3 días, dependiendo del clima y el nivel de fermentación que prefieras.
  • Guardar en frío: Una vez alcanzado el punto deseado, guarda el kimchi en el refrigerador. Su sabor seguirá evolucionando y puede conservarse varias semanas.

El kimchi casero es una joya de la cocina fermentada que aporta sabor, salud y tradición a tu mesa. ¡Anímate a prepararlo y sorprender a tus invitados!

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