Alimentos que influyen en tu estado de ánimo: cómo lo que comés afecta cómo te sentís

Cuando pensamos en sentirnos mejor, a veces olvidamos que la alimentación juega un papel fundamental no solo en nuestra salud física, sino también en nuestro bienestar emocional. Lo que ponemos en el plato puede tener un impacto real en nuestro humor, energía y capacidad para manejar el estrés.

¿Por qué la comida influye en nuestro estado de ánimo?

Nuestro cerebro necesita nutrientes específicos para funcionar correctamente y producir neurotransmisores, esas sustancias químicas que regulan emociones como la felicidad, la motivación o la calma. Por ejemplo, la serotonina, conocida como la “hormona del bienestar”, depende de la disponibilidad de ciertos aminoácidos y vitaminas que obtenemos de la comida.

Nutrientes clave para sentirte mejor

  • Magnesio: Ayuda a relajar el sistema nervioso y reduce la sensación de ansiedad. Lo encontrás en nueces, semillas, espinacas y legumbres.
  • Omega-3: Fundamental para la salud cerebral y el equilibrio emocional. Está presente en pescados grasos como el salmón, las sardinas y en semillas de chía o lino.
  • Triptofano: Aminoácido esencial para producir serotonina. Lo podés obtener de alimentos como pavo, pollo, huevos, lácteos y plátanos.
  • Vitaminas del grupo B: Participan en la producción de energía y la función cerebral. Presente en cereales integrales, verduras de hoja verde y legumbres.

Alimentos que podés evitar para no empeorar el ánimo

  • Azúcar refinada y ultraprocesados: Pueden generar picos y caídas bruscas de energía que afectan el estado de ánimo.
  • Cafeína en exceso: Si ya estás ansioso/a, tomar mucho café puede empeorar esa sensación.
  • Exceso de alcohol: Aunque pueda parecer que ayuda a relajarse, a la larga puede alterar el equilibrio emocional.

Ideas prácticas para mejorar tu alimentación y ánimo

  • Cambiar snacks procesados por nueces o frutas frescas.
  • Incluir pescado o semillas en tu menú al menos dos veces por semana.
  • Elegir cereales integrales en lugar de harinas refinadas.
  • No saltar comidas y evitar largos períodos sin comer para no afectar la energía.

Pequeños cambios en la alimentación pueden marcar una gran diferencia en cómo te sentís día a día. No se trata de dietas estrictas ni de eliminar grupos completos de alimentos, sino de cuidar lo que comés para cuidar tu mente también.

¿Te animás a probar alguna de estas recomendaciones? Contame qué alimentos te hacen sentir mejor o peor.

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